Formación Inicial
Las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada Concepción, Provincia de Nuestra Señora de Guadalupe, fundamentan su razón de ser de consagrada en el seguimiento de Cristo pobre y humilde.
Nuestro encuentro profundo y constante con Cristo, anonadado en la Encarnación y crucifixión, provoca en nosotros un gran amor a Él, lo que nos impulsa a corresponderle con amor, llevándonos a descubrirlo e identificarlo en la viña destrozada de hoy en día. Por tal razón desde nuestras primeras etapas de formación ponemos énfasis en el conocimiento, experiencia y contemplación de la vida de Cristo. Las etapas de formación son:
Aspirantado
Se acompaña a la joven en un autoconocimiento, para que comience a clarificar sus motivaciones vocacionales y perfile sus posibilidades de futuro en este camino vocacional.
Postulantado
En esta etapa la hermana postulante profundiza su conocimiento sobre su formación humana, cristiana, franciscana y congregacional, para lograr un discernimiento más claro de su vocación.
Noviciado
Se acompaña y orienta a la novicia en su proceso de formación integral, con la finalidad de que discierna e interiorice su decisión de seguir a Cristo radicalmente, mediante la vivencia de los consejos evangélicos y su identificación con el carisma de la Congregación.
Juniorado
Se estimula a la hermana a continuar gradualmente su formación humana, cristiana, franciscana y congregacional, para que con responsabilidad y convicción viva su compromiso de seguir a Cristo pobre y humilde, haciendo presente el Reino de Dios.